El Museo Nacional Thyssen-Bornemisza es el tercer vértice del “Triángulo del Arte” de Madrid, junto al Prado y el Reina Sofía. Situado en el majestuoso Palacio de Villahermosa, este museo alberga una de las colecciones de arte más completas de Europa, que abarca desde el siglo XIII hasta el XX.
Origen y legado
El museo fue inaugurado en 1992 gracias a la cesión, y posterior adquisición, de la colección privada de la familia Thyssen-Bornemisza. El barón Hans Heinrich Thyssen-Bornemisza y su esposa, Carmen Cervera, hicieron de esta colección una de las más admiradas del mundo, con piezas que llenaban los salones de su residencia en Lugano (Suiza).
La compra por parte del Estado español fue un hito cultural: por 350 millones de dólares, España adquirió más de 700 obras maestras que hoy son patrimonio nacional.
La colección
Lo que hace único al Thyssen es su recorrido completo por la historia del arte occidental, cubriendo estilos apenas representados en otros museos públicos españoles, como el arte norteamericano del siglo XIX o el expresionismo alemán.
Entre sus piezas más notables se encuentran:
“Joven caballero en un paisaje”, de Carpaccio (considerado el primer retrato de cuerpo entero de la historia del arte).
Obras de Caravaggio, Rembrandt, Rubens y Van Eyck.
Impresionistas como Monet, Degas o Renoir, y postimpresionistas como Van Gogh y Gauguin.
Vanguardias del siglo XX: Mondrian, Kandinsky, Hopper, Rothko y Lichtenstein.
Curiosidades
La obra “Hotel Room” de Edward Hopper es una de las más fotografiadas del museo, por su atmósfera de soledad y misterio.
El Thyssen exhibe el único Rothko expuesto en una colección pública española.
Carmen Cervera aún conserva parte de su colección particular (Colección Carmen Thyssen), que también se expone temporalmente en el museo bajo préstamo. De hecho, fue ella quien impulsó la expansión del museo y su apertura a nuevos públicos.
Más que un museo
El Thyssen se ha convertido en un referente de accesibilidad e innovación. Ofrece visitas virtuales, experiencias interactivas y actividades para todas las edades. Sus exposiciones temporales son reconocidas internacionalmente por su calidad y enfoque didáctico.
Además, su ubicación privilegiada —a pocos pasos del Paseo del Prado— lo convierte en una parada perfecta para completar el circuito cultural de la capital.